miércoles, 31 de julio de 2013

LUDÓPATAS. Por Flóbert Zapata


Si dios es rico y soy su hijo yo debería ser rico. Y soy pobre y los restantes dioses son los ricos y no me consideran tampoco su hijo, seguro porque no llevo su sangre superior. De modo que me voy a buscar un dios pobre, el único problema es que dioses pobres no hay, todos son ricos; y si encontrara uno, uno desgraciado, uno traicionado por la avaricia de los otros, quizá el bobo de la familia, estaría incapacitado para darme amor, lo único que podría dar, ese consuelo de los débiles, porque gastaría la mayor parte de su tiempo trabajando para subsistir y el resto en caer en la cama como muerto, emborracharse, ver partidos de fútbol, soñar con la riqueza, apostar, jugar maquinitas, bingo, lotería, chance, etc., etc., etc. A todos, dioses incluidos, que prefieren cómodamente en casa Hágase rico, en vez de convertirnos en un país de lectores nos convirtieron en un país de ludópatas.  

 (Foto: Manizales)

© Flóbert Zapata, julio de 2013

UN NEGRO Y UN INDIO. Por Flóbert Zapata

Un personaje fascinante. Un actor inmenso de la más grande película: la vida real. Un actor inteligente como Marlon Brando, que sólo acepta el guion de la sinceridad. Frecuenta prostitutas, una de ellas ama la mentira,  traicionó a la profesión, compasiva si no se ejerce por hambre, cobardía o enfermedad o si en tal caso resucita desde el juicio. Es  rubio pero en su alma hay un negro y un indio. En la juventud llevó el cabello rebelde, largo, buscador de la tierra. Su sueño: un mundo sin secretos. Y tiene toda la razón porque las guerras acabarán no el día que no haya armas sino el día no haya secretos.
 
 
© Flóbert Zapata, julio de 2013

martes, 30 de julio de 2013

ETERNA PERSEGUIDORA DE ROUSSEAU. Por Flóbert Zapata Arias

(Foto: Manizales)


“Cuarenta y cuatro millones de ladrones, cuarenta y cuatro millones de alcohólicos, cuarenta y cuatro millones de mentirosos”, decía el hombre en la radio encendida del taxi en que iba ayer para la casa. Qué interesante apunte para definir el carácter del hombre colombiano. Esperé hasta saber a quién correspondía el comentario. Era un pastor protestante que ya arruinaba lo dicho con la prédica dogmática. Entonces agregué, mentalmente porque el conductor lo oía como rezando y hay rezadores violentos como hay rezadores sosegados:

−Y cuarenta y cuatro millones de fanáticos.

Un taxista lo pone a uno a oír fútbol, otro lo pone a oír Radio María, otro baladas década sesenta, ninguno un audiolibro, ninguno Sin novedad en el frente, la interpretación del Tao te chin por Osho o Las confesiones. El año anterior también por radio, no sé si el mismo pastor u otro, aunque todos siguen el mismo libreto, mandaba a sus fieles no entrar a salas de belleza donde hubiera peluqueros maricas. Comprendí el motivo de la sequedad  inicial del conductor, mi cola de caballo le resultaba onerosa. Ah, patria desbocada, ¿a dónde vas, a dónde te diriges sumisa, eterna perseguidora de Rousseau?  

 

Jueves 25 de junio del 2007

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

domingo, 28 de julio de 2013

LA RED OSCURA Y DULCE. Por Flóbert Zapata Arias

(Obra de Guillermo Linero)


Me acaricias, dulce esposo, y sólo tu mano está viva,

la única parte de ti que regresa desde la muerte.

Ven, mutilado mío, lucha conmigo contra la guerra,

no soy tuya pero te amo y dejarte cuando llegue la hora

no significa morir sino renacer.

Quédate en mis senos, la única parte de mí que está viva,

la única parte de mí que regresa de la muerte,

que sonreirá cuando decidas renacer en otro cuerpo,

partir a otra paz, extender la red oscura y dulce.

 

Me acaricias, dulce esposo, y sólo tu mano está viva, la única parte de ti que regresa desde la muerte. Ven, mutilado mío, lucha conmigo contra la guerra, no soy tuya pero te amo y dejarte cuando llegue la hora no significa morir sino renacer. Quédate en mis senos, la única parte de mí que está viva, la única parte de mí que regresa de la muerte, que sonreirá cuando decidas renacer en otro cuerpo, partir a otra paz, extender la red oscura y dulce.

La Carolita, julio/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013


sábado, 27 de julio de 2013

FE DE ERRATAS. Por Flóbert Zapata Arias Montes

(Foto: Manizales)





Donde dice “Nuevo cantar de los cantares” léase “Nuevo cantar de las cantinas”.

Donde dice “La psicosis de las masas” léase “La psicosis de las musas”.

Donde dice “seguidamente” léase “suicidamente”.

Donde dice “El recuerdo de mis predecesores” léase “El recuerdo de mis opresores”.

Donde dice “conseguir los favores del hombre” léase “conseguir los favores del hambre”.

Donde dice “aunque en la autopista” léase “aunque en la autopsia”.

Donde dice “le ha valido muchas alegrías” léase “le ha valido muchas alergias”.

Donde dice “La indefinible melancolía de los crepúsculos” léase “La indefinible melancolía de los escrúpulos”.

Donde dice “como si sintiese en su frente el soplo del abismo” léase “como si sintiese en su frente el soplo del budismo”.

Donde dice “bienvenido” léase “bienvendido”.

Donde dice “muy gratificante” léase “mucho traficante”.

Donde dice “Supone una grave evolución de nuestros derechos” léase “Supone una grave violación de nuestros derechos”.

Donde dice “La proscripción de la esclavitud” léase “La prostitución de la esclavitud”.

Donde dice “Bajo los auspicios de su santa inspiración” léase “Bajo los auspicios de su santa inquisición”.

Donde dice “el derecho a soñar” léase “el derecho del señor”.

Donde dice “caminará sobre su ceño dolido” léase “caminará sobre su coño dolido”.

Donde dice “Recuerda que habíamos quedado de rotarnos los libros” léase “Recuerda que habíamos quedado de robarnos los libros”.

Donde dice “y sus vínculos familiares” léase “y sus víctimas familiares”.

Donde dice “su extrema izquierda le mereció muchas críticas” léase “su extrema franqueza le mereció muchas críticas”.

Donde dice “que se convirtió en un emprendedor” léase “que se convirtió en un emperador”.

La Carolita, miércoles 10/julio/2013

 

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013
 
 












 
 


NO OCURRIRÁ. Por Flóbert Zapata Arias


Sin ausencia de dolo en las matrices de opinión, de Julio Flórez se difunden sobre todo Mis flores negras y Todo nos llega tarde hasta la muerte y los de su tipo. Esto lo que conocen las personas corrientes de él, los que leen lo que ven a la mano. Resultan interesantes para comprenderlo en sus fugas de la grandeza total pero no más.

El muy cantado Mis flores negras es un poema  endeble en el contenido, se revela masoquista en “gemidos” y “desvíos” y sádico en “reproches y perfidias”, aunque estos dos males se intercalan siempre, se funden, se arrodillan.  Nadie va a guardar, de otro lado, unas flores de esas características, con lo que la última estrofa acaba de agravar la situación en la ingenuidad, después de la dosis de moralina y resentimiento. No hay razón para hablarle al pérfido y menos para estar con él. Todo esto lo hace un poema cien por cien sentimental y, como sabemos, los sentimientos sin su componente de razón se pueden equiparar con el sujeto que ahorca a su buena madre. El hombre está hecho de sentimientos y de pensamientos pero los sentimientos nacen de los pensamientos, no me cansaré de repetirlo. La mayoría de colombianos tiene malos sentimientos porque le han metido hondo pensamientos inficionados. De no creerlo miren no más alrededor la sociedad tan echada a perder que tenemos. O mírese adentro cada uno con sinceridad, de no habérsele atrofiado esta facultad, a ver si no se espanta de sí mismo después de quitar la máscara del narcisismo. Tiene el mérito documental el poema de describir al peor de los estados del hombre, el del derrotado por sí mismo, por no procurarse con los libros que sacan la cabeza por la reja, los libertinos, la educación que le negaron, tragedia de la mayoría. J. L. Borges dice que los tangos lloriqueantes son poco varoniles pero yo digo que son poco humanos. La música debería llevar a la salud y no a la enfermedad mental. Al oír esta canción está hecha la siembra para que el truhan después de la fuga de su mujer apure un veneno o cometa una masacre como la de hace un mes en Antioquia, pero sucede en todas partes. Un hombre buscó a su expareja y la mató junto a su pequeña de brazos a puñal y casi arrastra también a una vecina que salió a tratar de interferir. ¿Por qué lo hacen? Porque no cuentan con los recursos para defenderse de su contenido viral. Las letras necesitan crítica pero los intereses entregan mudez.

Todo nos llega tarde es un buen poema pero no hace parte de los grandes poemas de Julio Flórez, aquellos en los que logra una dicción esencial, sencilla y fluida  como un arroyo de selva virgen, aquí los versos tan cortados, lo que llaman encabalgamiento, perturban demasiado en la segunda estrofa. Pero el gran problema reside en haber metido de manera poco afortunada la muerte en un poema social. Cierto que consigue parcialmente convertir lo social en peldaño anterior a la angustia existencial, el dolor que en apariencia no tiene causa. El tema es el desencanto del hombre corriente ante la frustración de todo tipo, la estulticia de no reconocer el esplendor del otro sino cuando está inerte, que Flórez padeció y padece, y una judicatura que sigue sustentando que la justicia es para los de ruana, que su bondad se circunscribe dentro de las utopías prescritas. Y sigue funcionando así, si quiere justicia conviértase en rico o famoso, o haga justicia por su propia mano, otra de las razones que explican este país asesino, a través de armas, accidentes de tránsito o humillaciones, y suicida, que oculta los suicidios, como los del Metro, dicen. Ahí no cabía suelta la idea tan rica para desarrollar de que todo nos llega tarde hasta la muerte. Tan rica y tan difícil y por tanto tentadora y bella, si evita las nupcias entre el lloriqueo y las flores negras, hoy de moda, de exportación y lustrosas, de alguien que odia la vida porque recibe su odio, pero no se despide de ella siendo tan fácil proceder, tan barato y común.

Ahora, las obras relumbran de musicalidad, don protegido, aunque utilizado en cautiverio para opacar su poesía de ideas, y tienen momentos bienaventurados, ni más faltaba, pero no logran poner la balanza a favor, ofrecer el poema que llamamos redondo.

Para el contraste quería un poema que saca el blog ntc en foto de un recorte de prensa antiguo, tipográfico, en el que hay un cuervo, me gasté el día y no di con él aunque pulsé una a una las entradas antiguas, lo quedo debiendo. Ni siquiera en la red encontraremos los poemas que nos han negado sucesivas antologías de su obra en papel, que en su caso particular nos permite definir esas antologías como aquello que oculta lo que Francisco Umbral llama “textos en subversión” en el prólogo a El asno de oro de Ovidio Apuleyo, edición del Círculo de Lectores, y que han condenado al gran poeta a un círculo vicioso hagiográfico, mostrando en él lo que continúa sumiso y confuso y no lo que rompe perturbador y lúcido. Necesitamos la publicación de las obras completas de Julio Flórez pero esto no ocurrirá nunca.

La Carolita, viernes 26/julio/2013

 

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

martes, 23 de julio de 2013

EN TODOS LOS GREMIOS. Por Flóbert Zapata

En todos los gremios, al lado de la gente sana, hay hipócritas, estafadores, ladrones, intolerantes, envidiosos, beligerantes, farsantes, calumniadores, lenguas de cloaca. También en el gremio de los escritores, lamentablemente tenemos que decirlo. Esto decepciona porque se supone que se trata de gente con un alto grado de sensibilidad y una erudición constante. Si los libros leídos no sirven para volvernos buenos, es decir solidarios y dialogantes, y decentes, es decir felices, ¿entonces para qué sirven?, ¿algo de la legitimidad que tienen los poemas de Hitler o Mussolini no la merecen los libros escritos por este linaje? No han matado con armas puntiagudas o explosivas sino con armas peores.
En el gremio como en cualquier corte europea de peluca entalcada encontramos además la especie de los milagreros, rancios e intrigantes. Se dicen humanistas y viven enfilados en guerras cotidianas de salón y de café, pelean ferozmente por las migajas de una cosa ególatra llamada fama, de la que nacen adocenados vestidos de genios por los grandes diseñadores del fraude. No coinciden mala calidad literaria y falta de decencia y felicidad sino que la falta de decencia y felicidad no puede dar sino mala calidad literaria porque ¿quién puede escribir algo que realmente valga la pena atado a semejante confusión?
San Antonio de Prado, Medellín. 18 a 26 de mayo, 2013.
 
 
 
 (Fotografía: mango criollo antioqueño)
© Flóbert Zapata, julio de 2013

domingo, 21 de julio de 2013

SALEN A TOMAR SU PEDACITO. Por Flóbert Zapata Arias Montes


Sobra felicidad, nunca ha faltado, nunca faltará, se acumula, crece silvestre, exuberante, en todas partes, incluso sobre las rocas y en el fondo del mar, pero no pueden tomar siquiera un pedacito.

Allí llega el sol, llega el aire, llega la lluvia, llega la noche, pero no llegan las monedas y los billetes y menos las tarjetas de cajeros automáticos.

A las cuatro de la mañana roban en ollas agua del acueducto para las comidas y se bañan en una fuente del monte próximo, las velas brillan en la penumbra como antes de que Thomas Alva Edison inventara la bombilla.

Su número crece desaforadamente, ¿quién no se ha encontrado uno durmiendo en las escalas de la puerta de entrada a la casa para evitar la humedad de la acera y de la calle?

Dos chicos se revientan las narices a puños por una moneda de cincuenta pesos que no alcanza para comprar una menta TTT.

Hace quince días les regalé a dos recicladores de a moneda de quinientos, viérase la fiesta, la reconciliación en ese lenguaje distinto que encanta oyéndolo, tan digno como el de Shakespeare.

Una vez esperaba el Cosmobús con un billete de mil  tomado por un extremo y Yimy se me acercó y me dijo:

−No deje ver el billete, profe, que por ese billete son capaces de matarlo.

−¿En serio?

−Claro, no ve que con eso se compran una vincha (droga).

Aunque algunos aceptan su destino serenamente como Sócrates, otros desesperados, semejantes a hombres antes pacíficos obligados a actuar en la guerra en un país lejano, que matan porque o si no los matan, hacen morir porque los hacen morir, salen a tomar su pedacito de felicidad en los árboles, en las viviendas, en los cuerpos. Como son duros de arrancar usan pistolas y cuchillos. Han ocupado todos los territorios con sus felinas apariciones relámpagos y las mentes tiemblan y luego se paralizan.

 

La Carolita, miércoles 17/julio/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

sábado, 20 de julio de 2013

Se cree que pensar en la muerte es malo. Por Flóbert Zapata Arias


Se cree que pensar en la muerte es malo pero pensar en la muerte no sólo no es malo sino que es saludable. Dice en el link que doy abajo el profesor chileno Claudio Naranjo: “En todas las tradiciones espirituales se aconseja vivir con la muerte al lado. Hay que hacerse a esa evidencia de que somos mortales y creo que el que toma la muerte en serio no será tan vano. No tienes tanto miedo a cosas pequeñas cuando hay una cosa grande de la cual preocuparte más. Yo creo que la muerte sólo puede superarla uno que en cierto modo muere antes de morir”. Otra cosa es que para pensar en la muerte hay que estar bien, libre de prejuicios, de dogmas, de odios, de guerras, de envidias, de ambiciones de poder o de dinero, sin remordimientos, zafándose de toda idea de futuro, lo que quiere decir encaminarse al origen, impermeable a la razón y la moral, que comienza desarrollando la capacidad de quedarse en silencio con los ojos cerrados y permitirle a la mente total libertad.

 


 

La Carolita, miércoles 17/julio/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

 

ANA CHAPMAN LE MATA EL OJO A SNOWDEN. Por Flóbert Zapata


Le valió la pena el heroísmo de llamar al juego limpio a Snowden, nunca imaginó cuánto, ofrecimientos para la subsistencia, la vivienda y le sobran propuestas de matrimonio, como la de Anna Chapman, que no es cualquier cosa sino una exespía rusa expulsada de los Estados Unidos en el 2010, condecorada luego por Putin, pero ¿será fea?, miren las fotos,  embelesa, redime, todo un personaje del performance fotográfico, una diva rusa, lleguen hasta esa fascinante foto en la que hace de prostituta, encarnando de maravilla el alma bella de la prostituta pura. 

 


 

 

 

La Carolita, viernes 19/julio/2013

© Flóbert Zapata, julio de 2013

jueves, 18 de julio de 2013

EL POEMA CAMINA SOLO. Por Flóbert Zapata Arias Montes Carvajal


El poema camina solo, no necesita ayuda, dinero, whiskys, trueques, en los que siempre te tumbaron. El poema cae sólo, no necesita que lo empujen, que lo escupan, que pongan sicarios por donde camina, él mismo se ata la soga en el cuello si lo merece por ceder a la impostura. El poema camina sólo hacia la muerte o hacia la vida y se levanta solo también o se quita las paladas de tierra que le echan los enterradores de profesión.

La Carolita, domingo 14/julio/2013

 

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

EPITAFIO. Por Flóbert Zapata Arias Montes

(Imitación de la famosa foto de Ambrose Bierce. El libro de encima es Diccionario del diablo, edición de Galaxia Gutemberg, el de abajo no me acuerdo, pero la calavera es la misma de la original. El montaje que me hicieron por cinco mil pesos quedó horrible con fotoshop, entonces tome una foto a la foto con poca luz y algo mejoró aunque se perdió la nitidez)


Toma mis muertos huesos, tritúralos, hazlos polvo, amasa el polvo, haz con él lo que quieras, siempre saldrá una mentira.


Toma mis muertos huesos,

tritúralos, hazlos polvo,

amasa el polvo,

haz con él lo que quieras,

siempre saldrá una mentira.


© Flóbert Zapata, julio de 2013


miércoles, 17 de julio de 2013

EN CIRCULACIÓN MUSA LEVIS 37. Por Flóbert Zapata Arias Montes

Fabio Vélez Correa me hizo caer en cuenta que Musa Levis entra en su décimo año de circulación, regular e ininterrumpida.  ¡Diez años!, casi no lo puedo creer, habrá que hacer algo para celebrarlo en el 2014, una antología quizá, un gran reencuentro. Diez años en los que publicamos sin discriminación a todo quien nos haga llegar su material: obreros, empleados, profesores, campesinos, estudiantes, jóvenes, viejos, Palma y Florida y los queridos muertos, no los olvidamos. Diez años con un valor fundamental, el de que exista un espacio para que la gente continúe y no  se desanime por falta de estímulos y para que otros se atrevan. En este número, que repartiremos en las Lecturas Urgentes de Poesía, David Santiago Arredondo (Manizales), Gonzalo Arango (Andes), Alba Lucía Hernández Carvajal (Supía), Jury Vanessa Marulanda (Manizales), Juan Diego Cárdenas López (Ibagué), Nelson Marín Salinas (Ibagué), ilustraciones de Ulises Giraldo (Anserma). Namasté.

La Carolita, miércoles 17/julio/2013

 

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013


martes, 16 de julio de 2013

SÓLO ME QUEDA. Por Flóbert Zapata Arias


Sólo me queda limpiar los diccionarios y el código de derecho romano con jabón de llamas.

Sólo me queda la culpa como parte de la vida en vez de la culpa como la vida.

Solo me quedan los elogios de los que valen,  enterrados al lado mío para que les cambie las flores.

Sólo me queda el interés oculto de los que antes no mostraban ni siquiera un interés desnudo.

Sólo me queda la amistad pequeña de los que se creían gigantes y se estrellaron con los enanos.

Sólo me queda la sonrisa encendida de los falsos mártires, aquellos a quienes mataron cuando ya estaban muertos.

Sólo me quedan los secretos de los que no compartían nada conmigo y ahora no comparten nada con nadie.

Sólo me queda construir el ataúd en el que la usura siga siendo el ahorro de la muerte.

Sólo me quedan los que me salvaron sin saber quién me salvaría de ellos.

 

La Carolita, miércoles 8/may/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

LA OSCURIDAD QUE NUNCA DICE ADIÓS. Por Flóbert Zapata Arias Montes Carvajal

Por fin íbamos a hacer fotos en San Esteban. Apenas entrados, nos llamó a H. y a mí un mulato simpático, bajo y desnutrido armado de una varita, esforzado por aparecer decente, que ganaba para pagar los cinco mil pesos de la pieza en La Galería organizando los floreros de los osarios, según dijo,  nos aconsejó que no entráramos solos porque atracaban e hizo de guía sin ofrecerse. 
Recorrimos todo el cementerio: los antiguos panteones, el abandonado y polvoso de Bavaria desde que esta embotelladora cerró, el marmóreo amarillo de los curas, el superpoblado de los policías…

Trasmisión de la cuidadosamente sembrada superstición: después de media noche todos los muertos rezan, desde aquel edificio blanco que está allá ven por la noche a alguien que camina vestido de blanco y luminoso, etc.

También nos hizo el tour de la crónica roja.

Nos llevó primero a un nicho alto, triste, desenfadado y sin lápida. Escrito con un palillo o con un destornillador sobre el cemento cuando estaba fresco esto: “Sandra Milena Arce Gómez. TQM. La Taison. Mayo 27/ 2013”. La violaron dos sujetos y la mataron de ochenta puñaladas. “Querían matarla, ¿no? Ya cogieron a los dos manes. ¿Qué cámara tan buena, ¿Vale mucho?”, anota el hombre de la varita. “Ah, sí, yo leí la crónica sobre ella en el periódico”, recuerda H.

Luego a la tumba terrestre de un chico cuyo nombre no anoté porque quedaba en la foto y resulta que la foto salió mocha en la parte alta. Moviendo la varita lo cuenta: “Era un jibaro, tres tiros le metieron. Tenía doce años. Un señor viene con una botella de aguardiente, reza, llora y ya borracho jura que vengará su muerte. El cuerpo olía a pura solución”. Sin embargo olía peor un hombre comido de los gallinazos al que trajeron hace poco desnudo y envuelto en una carpa del Ejército.

Decidimos emprender la salida. Vemos de paso a tres muchachos de barrio pobre llorando sin lágrimas frente a un nicho bajo, posiblemente a un miembro de su pandilla. Saluda el encabezante mulato al sepulturero endomingado, que está sentado vigilante en un banco de madera, H. repite el gesto y cuando quiero hacer lo mismo, último en doblar la esquina, el sepulturero me indica llevándose el índice al ojo y bajando el párpado que cuidado con el mulato, que es ladrón, y peligroso según el énfasis. Justo en la puerta le compro una boleta de una rifa que me había ofrecido antes, le doy los dos mil quinientos pesos, no le recibo el papel que llenó con lapicero y nos retiramos.

A la cuadra doy vuelta a la cabeza y veo al mulato con un compinche, seguro lamentándose de haber aparecido tarde con presas tan buenas, “los dos llevaban cámara y la del señor que no tiene sombrero vale dos melones”.   Pero ya estábamos lejos, fuera de peligro, desconectados de la oscuridad que nunca dice adiós.

La Carolita, junio del 2013.

 

 

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013


lunes, 15 de julio de 2013

VICIO. Por Flóbert Zapata Arias Montes Carvajal


Poco a poco voy cayendo en la muerte, voy recibiéndole sus tentadores regalos,  sus oportunas invitaciones, como poco a poco voy cayendo de nuevo en el vicio de fumar, primero dos fumaditas, después un cigarrillo diario, el resto lo conocen los que fuman o han fumado y no son perfectos, aunque a veces a los dos los venzo sin matarlos, en este mismo momento tienen al frente a Bruce Lee. Morir es el vicio más difícil de dejar, el más traicionero, el más fomentado, el más metido en el subconsciente.

 

La Carolita, domingo 14/julio/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

domingo, 14 de julio de 2013

ENTRE MENOS EVITE PENSAR. Por Flóbert Zapata Arias Montes

(Norma, Henry, Alexánder, León, Fáber, Flóver. Ányela y Luz Helena no están en la foto, seguirían luego de mí pero no han nacido o están demasiado pequeñas)


Entre menos evite pensar en Henry y Fáber, en los amigos, en los parientes, en mis muertes de cada día, menos sufro, porque al evitarlos los mando al subconsciente, desde donde me atacan con toda libertad y sin ninguna resistencia. De este almacén y con este procedimiento nacen todas las enfermedades. Porque hoy fue la muerte de un sueño y mañana es la muerte de otro me arrimo a esa lucidez que con palabras no se puede diferenciar de la locura. Eso quiere decir que los locos no se enferman. Si se entiende la palabra loco en su gran sentido, el de quien tiene la fortaleza de vivir por fuera de todo prejuicio y no negarse a ninguna aventura mental, ni siquiera la de la muerte, sobre todo la de la muerte, por supuesto a condición de que todas vayan a favor de la vida. Al final me digo como si hablara de la libertad de expresión y no de los duelos eternos: Sufro más porque callo menos pero los que callan más sanan menos.

 

 

La Carolita, jueves 27/junio/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013

Y LO CONSEGUIRÁ. Por Flóbert Zapata

(Cartilla Poemas de memoria histórica para liberar la palabra de la Fundación Andrés Barbosa Vivas)


Tatik Carrión tiene que convertirse en una gran poeta y lo conseguirá si al amor que le profesa a la creación lo traspasa la obsesión que desfigura y rehace y si consigue renunciar a todos los malos sueños por ella, no para quedarse sin sueños sino para tener muchos más, de los buenos, de los genuinos y no de los imitados o impuestos.

Necesitamos que  Tatik Carrión se convierta en una gran poeta porque es muy hermosa y a la poesía le convienen también las mujeres hermosas, los seres hermosos, aunque todos a los que ella les toca el hombro finalmente lo son, para borrar el prejuicio parásito de que  la poesía es el estiércol del que nacen los monstruos y demostrar que, muy al contrario,  la poesía llama a los especímenes  más luminosos que jamás hayan existido, eslabones rotos e irremplazables.

¿No se sale de la realidad la belleza de Tatik Carrión en la foto de la cartilla Poemas de memoria histórica para liberar la palabra de Fundavivas o cambiará incluso para bien la percepción de cerca? Descartada la tragedia por imposible me pregunto ocioso si su alma corresponde a su cuerpo como antes me pregunté si su cuerpo se correspondía con el rostro y no se hacía víctima de la fotogenia.

Si los optimismos se realizan, si no la vence el gaseoso coro invitante, si huye de la bendición de los obispos de la poesía,  tendremos en Tatik Carrión a una poeta grande hasta perder la noción de los límites.

Los poetas debemos quitarnos los genitales para no espantar a Tatik Carrión, a todas las Tatik Carrión de la tierra, de los festivales y otros actos de poesía en los que brillan exactamente como una dulce oscuridad en medio de la llama atroz, convertirnos en sus eunucos felices, extasiados de servidumbre. Ya tendremos oportunidad, dentro de dos mil años, de que la desnudez y el amor libre, vencida la neurosis provocada por la frustración, nos permitan escuchar la voz de las poetas cuando leen sin siquiera mirarles los labios; por ahora, aunque cueste, podemos hacer un poco de sacrificio y fingir el resto, sabido que ninguna contención existe con mayor dolor que la de los poetas porque pocos seres como ellos al buscar la libertad se debaten entre la vida y la muerte o con fortuna entre la admiración mortuoria olvidadiza y el oprobio vital memorioso.

Tatik Carrión tiene que convertirse en una poeta tan grande como su nombre y entonces todos, poetas y no poetas, andaremos detrás de su obra enamorados por toda la eternidad.

La Carolita, viernes 5/julio/2013

 

© Flóbert Zapata, julio de 2013


miércoles, 10 de julio de 2013

OBRA DE HEWARD CANO. Por Flóbert Zapata



© Flóbert Zapata, julio de 2013


martes, 9 de julio de 2013

LOS HÉROES ALGO MÁS ABAJO QUE LAS RATAS. Por Flóbert Zapata Arias Montes



“Si tras dejar este valle me recuerdan y quieren dar una satisfacción a mi alma, perdonen a un pecador y hagan un guiño a una muchacha poco agraciada”. Epitafio de Henry Louis Mencken

 

Me gustan las orientaciones de los laicos de la literatura, es decir de los lectores, cuanto más corrientes mejor, la otra cara de los lectores arrogantes que ocultan a escritores frustrados, cuando no la cortesía de los censores, que salen al tablero a decir la lección de historia patria. Víctor el carpintero del barrio me prometió un libro que le había gustado mucho, “se llama Aceite de perro, no me acuerdo del autor”, estamos bien de buenos títulos de libros y pobre contenido, lo mismo que de grandes creaciones mal tituladas. O me encuentro con un libro tonto o me encuentro con un libro genial, no hay lugar para medianías. Pues bien, ayer de subida de la caminata diaria por la Avenida del Rio me lo entregó, me cumplió, lo que me llenó de admiración más que de agradecimiento, aunque luego de verme sorprendido también de un agradecimiento igual de fuerte, mi memoria es una colección de promesas incumplidas, como supongo le sucede a todos en la cultura de la manipulación emocional y la palabra  manoseada, necesitada de medida.  Oh, sorpresas, se trata de cuentos, escritos por Ambrose Bierce, al autor de El diccionario del diablo,  que en la edición de G.G. que poseo va acompañada de un prólogo con algo de neutro, insípido, al no darle espacio a lo personal, las cosas realmente importantes de una vida, escrita para académicos y no para gente que se gana la vida taponando nocheros. Espero que me dé una sorpresa parecida a la de Jack London después de leer Encender un fuego, regalo de Hernando Motato el noble. Una vez en Bosques del Norte un andrajoso ladrón-brujo me pidió prestado El diccionario, jeje, después de que su hijo y alumno mío viera el diablo de visos amarillos de la carátula en mi escritorio. Leo Aceite de perro, el cuento que da título al libro, y lo devuelvo, me propuse; esperaba encontrar lo usual interesante de dicción obsoleta, me encontré en el centro de una fiesta. Busqué otro corto, El viudo Turmore, de nuevo sonó el jazz extraño y fascinante de la imaginación que no huye. Antes de ir a las otras catorce piezas, leo el saciado prólogo, de Nicolás Suescún como la traducción para Punto de Lectura, y me encuentro con una vida tan fascinante como sus mal llamadas ficciones, porque nacen de la realidad reprimida, la justa y desbocada combinación de la obsesión por la muerte, Kafkismo, Nietzschenismo y, si se quiere, Apuleyo. Estas  virtudes no se le perdonarían a este revoltoso del periodismo, a este elitista del sarcasmo y la ironía, en un mundo que perdona todo menos la virtud, y le pasó lo que a las conciencias libres, lo acusaron de todo, lo difamaron, lo calumniaron, lo descontextualizaron. De sus dos hijos muertos, él en una riña y ella de alcoholismo, dijeron que él los había matado. Afirmaron que iba al cementerio, sacaba cadáveres y se los comía crudos con mayonesa Fruco. Que llegaba al orgasmo destruyendo cruces y lápidas a martillazos. ¡Qué no dijeron de Ambrose Gwinnett Bierce!   Pero se les escapó en la leyenda, se fue a México lindo y querido al lado de Pancho Villa y desapareció como desaparece una moneda del sueño al despertar; se especula pero nadie sabe nada de sus últimos días, como de otros momentos o incidentes importantes,  ni si pidió agua en los momentos finales o una calavera para besarla, su otro símbolo al lado del libro en aquella famosa foto. De él afirmó el periodista Henry Louis Mencken, un rebelde igual, lo que sigue y basta: “Lo que más le gustaba era el espectáculo de la cobardía y la locura humanas. Ponía al hombre, intelectualmente, en alguna parte entre las ovejas y el ganado con cuernos y a los héroes algo más abajo que las ratas”.

 

 La Carolita, domingo 7/julio/2013

© Flóbert Zapata, julio de 2013