lunes, 10 de noviembre de 2014
UNA EXTRAÑA CIUDAD. Por Flóbert Zapata
(Muro de Manizales)
La ciudad es un cementerio-convento, un extraño
cementerio-convento: los cadáveres rezan y copulan, los monjes escriben sonetos
y matan. Descienden de
arrieros, malandrines, fugitivos y desertores pero no permiten recordarlo,
desplazan al que se lo recuerde. Unos se visten en Falabella y Arturo
Calle, otros en Miami, no faltan los que compran las camisas en
París. Su racismo natural les hace odiar
respectivamente a los vivos y los laicos y en común a negros e indios, por
supuesto. Cualquiera que no crea como ellos se equivocó de destino y de
miseria. De lejos resulta imposible distinguir un cadáver de un monje, de cerca
resulta imposible distinguir su risa de su llanto y su risa y su llanto
interiores de su risa y su llanto exteriores. En la cuna les cantan canciones
de guerra y saqueos económicos, amorosos, psicológicos, estéticos, culturales; los
ataúdes imitan en todo a una moneda. Los cadáveres vigilan a los monjes, los
monjes vigilan a los cadáveres, cuando hayan exterminado a todo el mundo se
exterminarán entre ellos, no está escrito, se escribirá.
*
La ciudad es un cementerio-convento,
un extraño cementerio-convento:
los cadáveres rezan y copulan,
los monjes escriben sonetos y matan.
Descienden de
arrieros,
malandrines y
desertores
pero no permiten
recordarlo.
Unos se visten en
Falabella
y Arturo Calle, otros en Miami,
no faltan los que
compran
las camisas en
París.
Su racismo natural les
hace odiar respectivamente
a los laicos y los
vivos
y en común a negros e
indios, por supuesto.
Cualquiera que no crea
como ellos
se equivocó de destino
y de miseria.
De lejos resulta
imposible distinguir
un cadáver de un
monje,
de cerca resulta
imposible distinguir
su risa de su llanto
y su risa y su llanto
interiores
de su risa y su llanto
exteriores.
En la cuna les cantan
canciones de guerra
y saqueos económicos,
amorosos, psicológicos,
estéticos, culturales,
los ataúdes imitan en
todo a las monedas
y algunos son monedas
propiamente.
Los cadáveres vigilan
a los monjes,
los monjes vigilan a
los cadáveres,
cuando hayan
exterminado a todo el mundo
se exterminarán entre
ellos.
Manizales, martes 4 noviembre
2014
© Flóbert Zapata, noviembre de 2014